En Esclerosis Múltiple y otras patologías neurológicas afines, podemos encontrar diferentes síntomas, uno de ellos es la Disfagia.
Llamamos disfagia a la dificultad en la deglución (a la hora de tragar), que afecta a la eficacia y/o seguridad.
¡Tragar no es tan sencillo!
Podemos hablar de disfagia orofaríngea si estas dificultades se producen en la fase faríngea de la deglución, en la que el bolo alimentario es impulsado desde la faringe hasta el esfínter esofágico superior (EES). En esta fase se desencadena una serie de acciones coordinadas:
- el velo del paladar se cierra.
- los músculos faríngeos se contraen.
- el hueso hioides se posiciona correctamente
- la etíglotis tapa las vías respiratorias.
- las cuerdas vocales se cierran también para sellar esas vías.
Como vemos, la simple acción de tragar requiere la implicación de múltiples estructuras y funciones, que en ocasiones pueden encontrarse alteradas ocasionando un fallo en esta “cadena”.
Los líquidos y mixtos…
La disfagia afecta más frecuentemente a la deglución de líquidos y alimentos con consistencias mixtas, es decir, sólidos que desprenden jugo o mezcla de texturas (naranja, sopas, leche con galletas, etc.)
En el caso de los líquidos, su precipitación es mucho más rápida, por lo que si hay una afectación de alguna de estas estructuras, no tendrá tiempo para “prepararse”.
Los alimentos mixtos mandan la señal de que se va a tragar un sólido y el líquido se precipita por sorpresa; o bien las dos texturas de que consta el alimento se disgregan durante la deglución.
En ambos casos, el alimento caerá de manera descontrolada con el consiguiente peligro de atragantamiento, e incluso de penetración en las vías respiratorias.
Una solución: el espesante
No existe una solución única para la disfagia ya que cada caso debe tratarse individualmente, por lo que siempre se debe consultar a un médico o un logopeda especializado.
En el caso de los alimentos mixtos, lo ideal es evitarlos. Sin embargo, no hay por qué dejar de tomar líquidos, ya que gracias a los espesantes se puede conseguir la consistencia que deseemos. Al entrar en contacto con el líquido, el espesante (gránulo de almidón) añadido en distinta cantidad en función de la necesidade de cada persona, da como resultado un alimento con consistencia néctar, miel o pudding.
Fuente de la imagen: http://www.neurorhb.com/wp-content/uploads/2016/01/consistencias.jpg
Existen espesantes neutros y otros de diferentes sabores, como naranja. Los primeros, pueden añadirse a cualquier tipo de líquido, desde zumos hasta refrescos e incluso vino. Es decir, el paciente con disfagia no tiene por qué renunciar a sus bebidas favoritas o habituales. Por el contrario, podrá disfrutar de ellas con la tranquilidad de estar realizando una deglución segura.
Fuente de la imagen: http://sweetpress.com/wp-content/uploads/2014/03/BEBIDAS-INFORME-NUEVA-NORMA-LEGAL-ZUMOS.jpg
Bibliografía
http://www.dysphagiaonline.com
http://auladedisfagiapractica.com
https://www.nestlehealthscience.es/lista-marcas/Resource
Muy importante todo lo que mencionas; y sobretodo la labor que haces adaptando la dieta a cada persona y el tratamiento logopédico posterior que estoy segura que es buenísimo 🙂
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Muchas gracias por tu comentario, Celia. Entre otros objetivos, en mi intervención diaria, trabajo para que l@s usuari@s que trato tengan una alimentación segura, mediante el abordaje individualizado de cada caso.
Un saludo y muy buena tarde.
Cristina Ortiz.
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🙂
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Que bien lo has explicado Cristina!
Como se nota lo buena profesional que eres, además de simpatica.
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